Tuesday, November 8, 2016

Two poems by Gladys Gonzalez (Chile, 1981), translated by Judith Filc / Dos poemas de Gladys Gonzalez


He tells me

He tells me he wrote on bills
and cigarette paper
while she
went to the john
to look at him through the window

He tells me she's his death
and he doesn't want to die yet
because death
is a femme fatale

He tells me she's his chrysanthemum
and he recites haikus for her
on Mount San Cristóbal
while the animals
get hysterical with the rain

He gathers the best letters
and stores them in his Buddhism book
and recites Girondo poorly
while she
walks away
with her magnolia breasts
flying

over the town


The same night

Nobody cared
who left first
or who paid the bill
of those four months
we'll never drink
as much as then
or have the feeling
of being so happy

our heart was so loaded
we crawled
like magnets
toward the same night
the same table
the same void
we couldn't leave
which hurt so much

toward the same flamenco
tinged with coupling
that fell cold
on the plastic chairs of the bar

toward the same deception
that was never but
the fold of a gaze
into the same distance

the same inconsolable space
that was also
the only mode
of surrender

From Gran Avenida, La Calabaza del Diablo. You can find more poems by GG, in Spanish, here.


Me dice

Me dice que escribía en boletas
y papelitos de cigarros
mientras ella
se iba al baño
a mirarlo por la ventana

Me dice que ella es su muerte
y que no quiere morir todavía
porque la muerte
es mujer fatal

Me dice que ella es su crisantemo
y le recita haikus
en el cerro san cristóbal
mientras los animales
se vuelven histéricos con la lluvia

Él recoge las mejores cartas
y las guarda en su libro de budismo
recitando mal a girondo
mientras ella
se aleja
con sus senos de magnolia
volando
sobre la ciudad

La misma noche

A nadie le importó
quién se iba primero
o quién pagaba la cuenta
de estos cuatro meses
jamás beberemos
tanto como entonces
ni tendremos la sensación
de ser tan felices

teníamos el corazón tan cargado
que nos arrastrábamos
como imanes
a la misma noche
a la misma mesa
al mismo vacío
que no podíamos dejar
y nos dolía tanto

al mismo flamenco
teñido de apareamiento
que caía seco
en las sillas plásticas del bar

al mismo engaño
que jamás fue
sino el pliegue de una mirada
en dirección a la misma lejanía

al mismo espacio inconsolable
que era también
la única forma
de entrega


De Gran avenida, Editorial La Calabaza del Diablo. Pueden encontrar más poemas de Gladys Gonzalez aquí